Cuatro niveles de automatización del almacén

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Repasamos los distintos tipos de automatización del almacén que existen, desde los más básicos hasta los más avanzados

La automatización del almacén es un campo complejo y sumamente diverso; no existe una solución única que se adapte perfectamente a las necesidades de todas las empresas. 

Existen distintos grados de automatización del almacén, desde los más básicos hasta los más avanzados. Cada uno de estos niveles implica el uso de distintas tecnologías y la automatización de procesos específicos, dependiendo de la instalación y sus objetivos.

La automatización de almacenes no se limita únicamente al almacenamiento y recuperación de mercancías. También abarca una serie de tareas de “fondo”, como la gestión de pedidos, de inventarios o la elaboración de informes, entre otras. 

Por lo general, podemos identificar cuatro niveles principales de automatización en almacenes. Los repasamos a continuación:

1. Automatización del almacén básica

Se trata del nivel de automatización del almacén más elemental y puede incluir operaciones como el escaneo de los artículos recogidos y un sistema básico de cintas transportadoras o conveyors para trasladar los artículos de un punto A a un punto B. Además, incluye vehículos de transporte de inventario tradicionales, como las carretillas elevadoras.

Una de las principales ventajas de este tipo de automatización es su sencillez. Por lo tanto, si una empresa carece de experiencia previa en la automatización de las operaciones de almacén, este nivel sería un buen punto de partida. Además, debido a su escasa complejidad, la implantación de este tipo de soluciones resulta relativamente asequible.

Sin embargo, esta opción también requiere de mano de obra humana para garantizar el cumplimiento de las demandas. Por ejemplo, aunque los sistemas básicos de cintas transportadoras o sistemas de conveyors utilizados aquí pueden ser eficaces, su falta de flexibilidad dificulta su ampliación a medida que crecen las operaciones, y requieren un cierto número de trabajadores en la planta para garantizar que la operación se desarrolle correctamente.

Paquetes moviéndose encima de un sistema de cintas transportadoras instalado en un almacén
Los procesos de automatización de almacenes pueden integrarse con cintas transportadoras o sistemas de conveyors para optimizar los flujos de trabajo entre las distintas tareas y zonas del almacén.

2. Automatización del sistema

Este nivel de automatización de almacenes implica tanto la automatización basada en software como la automatización física. Normalmente, esta opción se apoya en un sistema de control de almacenes (SCA o WCS, por sus siglas en inglés). El WCS se gestiona a partir de datos y facilita a los operarios la identificación y preparación de pedidos. Además, permite a las empresas elaborar fácilmente informes de rendimiento de alta calidad y, por tanto, tomar decisiones empresariales de manera más informada e inteligente.

Algunos almacenes también hacen uso de tecnologías asistidas por voz. Esto suele requerir que los trabajadores de la planta utilicen auriculares para recibir órdenes de voz simples, estableciendo así una comunicación directa entre los sistemas de control (en este caso, el WCS) y la planta del almacén. Los operarios también disponen de una línea para comunicarse en sentido contrario y, una vez que han llegado para preparar un artículo, deben verificar un código para garantizar que se encuentran en la sección correcta del almacén.

Una ventaja fundamental de esta forma de automatización de almacenes es su enfoque basado en datos, lo que tiene un impacto positivo en la toma de decisiones. El acceso a una gran cantidad de datos de manera sencilla permite una organización más inteligente de los procesos del almacén y un seguimiento más efectivo de los avances.

Sin embargo, para que el sistema resulte totalmente eficiente, la automatización debe ir acompañada de una automatización física (movimiento de pedidos). De lo contrario, los almacenes seguirán dependiendo más de lo necesario del trabajo manual.

3. Automatización mecánica

Cuando se menciona la palabra “automatización”, la mayoría de las personas suele pensar en este nivel. La automatización mecanizada implica el uso de la robótica para asistir a los trabajadores en la recuperación y el transporte de artículos de inventario. En este nivel de automatización, los sistemas de almacenamiento y recuperación automatizados (ASRS) cobran especial importancia. Aunque estos sistemas varían en su diseño, todos comparten una función esencial: entregar los artículos correctos al operario o al puesto de trabajo adecuado.

Aunque la inversión inicial en un sistema ASRS puede ser bastante elevada, generalmente se recupera rápidamente. De hecho, en algunos casos, los costes se amortizan en solo un par de años. Esto es debido a su escalabilidad y capacidad para adaptarse a cualquier espacio disponible. Gracias a su enfoque modular, exclusivo de un sistema como AutoStore, se pueden añadir fácilmente distintos componentes para adaptarse a las necesidades (o limitaciones) específicas del almacén.

Además de los ASRS, existen otros dos sistemas robóticos que merece la pena mencionar: los vehículos de guiado automático (AGV) y los robots móviles autónomos (AMR). Los AGV se utilizan para transportar artículos dentro del almacén. Aunque reducen la dependencia de la mano de obra humana, requieren un espacio adecuado para operar y siguen rutas fijas, lo que los limita principalmente a almacenes grandes y de diseño sencillo.

Los AMR, en cambio, son una solución más inteligente y versátil. Estos robots pueden moverse de forma independiente por toda la planta del almacén, lo que proporciona una mayor flexibilidad. Cuando se trata de un almacén pequeño o con una configuración más compleja, esta opción es mejor que la de los AGV. Sin embargo, ambos conllevan riesgos para la salud y la seguridad. Al ser autónomos, los AMR suponen un mayor riesgo de provocar accidentes en el almacén. Además, ambas soluciones tienen una capacidad de carga limitada.

La cuestión no es tanto si la automatización de almacenes es conveniente o no, sino más bien qué tipo de automatización es la más adecuada para cada fase.

4. Automatización del almacén avanzada

El último nivel de automatización de almacenes que abordaremos es la automatización avanzada. Aunque la consideramos como una categoría aparte, en esencia, implica la combinación de todos los tipos mencionados anteriormente, creando así un nivel de automatización altamente sofisticado. Esta amalgama de automatización mecánica y de sistemas permite automatizar por completo, de principio a fin, el proceso de preparación de pedidos, una tarea que normalmente requeriría una gran cantidad de mano de obra humana.

La automatización a esta escala implica una sinergia total entre la automatización del sistema basada en datos y las unidades autónomas en el almacén. Un ejemplo de ello sería un sistema avanzado de “picking por oleadas”. Este sistema entrega los artículos en intervalos (olas) que se corresponden con variables como el número de pedido o el destino de la entrega. Además, permite a las empresas establecer objetivos, como alcanzar un determinado número de pedidos en una semana. La combinación de este sistema con equipos robotizados, como los AMR, se considera un nivel avanzado de automatización.

Aunque esta configuración puede producir altos niveles de eficiencia y rentabilidad de la inversión, el coste inicial puede ser un obstáculo para muchas empresas más pequeñas. Un nivel de automatización tan alto conlleva un precio elevado y, por lo tanto, este tipo de “automatización completa” rara vez se encuentra fuera de las grandes operaciones de almacenes en el ámbito del retail omnicanal.

Automatización para todos los niveles

A estas alturas debería quedar más claro que la automatización es un concepto muy variable: no existe un enfoque universal que funcione para todos por igual. Lo que necesita un pequeño almacén en términos de automatización no será necesariamente lo mismo que un servicio de entrega omnicanal de gran complejidad.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, no cabe duda de que todas las operaciones pueden beneficiarse de la implantación de cierto grado de automatización para impulsar una mayor eficiencia y crecimiento. Por lo tanto, la cuestión no es tanto si la automatización es conveniente o no, sino más bien qué tipo de automatización es la más adecuada para cada fase.

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